Se considera a Hiparco (180-125 a.C.) como el padre de la
trigonometría debido principalmente por su hallazgo de algunas de las
relaciones entre los lados y los ángulos de un triángulo. También
contribuyeron a la consolidación de la trigonometría Claudio Ptolomeo y
Aristarco de Samos quienes la aplicaron en sus estudios astronómicos. En
el año 1600, el profesor de matemáticas de Heidelberg (la universidad
más antigua de Alemania) Bartolomé Pitiscus (1561-1613), publicó un
texto con el título de Trigonometría, en el que desarrolla métodos para
la resolución de triángulos. El matemático francés François Viète
(1540-1603) hizo importantes aportes hallando fórmulas trigonométricas
de ángulos múltiples. Los cálculos trigonométricos recibieron un gran
impulso gracias al matemático escocés John Neper (1550-1617), quien
inventó los logaritmos a principios del siglo XVII. En el siglo XVIII,
el matemático suizo Leonard Euler (1707-1783) hizo de la trigonometría
una ciencia aparte de la astronomía, para convertirla en una nueva rama
de las matemáticas.
Originalmente, la trigonometría es la
ciencia cuyo objeto es la resolución numérica (algebraica) de los
triángulos. Los seis elementos principales en todo triángulo son sus
tres lados y sus tres ángulos. Cuando se conocen tres de estos
elementos, con tal que al menos uno de ellos sea un lado, la
trigonometría enseña a solucionar el triángulo, esto es, a encontrar los
otros tres elementos. En este estado de la trigonometría se definen las
funciones trigonométricas (seno, coseno, tangente, etc.), de un ángulo
agudo en un triángulo rectángulo, como las razones entre dos de los
lados del triángulo; el dominio de definición de estas funciones es el
conjunto de los valores que puede tomar el ángulo [0, 180].
Sin
embargo, el estudio de la trigonometría no limita sus aplicaciones a los
triángulos: geometría, navegación, agrimensura, astronomía; sino
también, para el tratamiento matemático en el estudio del movimiento
ondulatorio, las vibraciones, el sonido, la corriente alterna,
termodinámica, investigación atómica, etc. Para lograr esto, se debe
ampliar el concepto de función trigonométrica a una función de una
variable real, en vez de limitarse a una función de ángulos.
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